Frías en la provincia de Burgos

por Custodia Ponce | Viajes

La Ciudad más pequeña de España

Se dice que Frías es la ciudad más pequeña de España. Un precioso pueblo en la provincia de Burgos, caracterizado por la silueta de su castillo.

Frías se encuentra a poco más de una hora desde Burgos, un viaje que nos lleva a través de las amplias tierras de cultivo del norte de la provincia, previas a que nos sorprendan elevándose en cotas verdes, que son los montes Obarenes. 

Partiendo desde Burgos, tomamos la autovía A-1. Esta nos llevará por varios pueblos que llamarán a detenerse y disfrutar; en todos ellos ser respira la paz del campo castellano y podremos contemplar las pequeñas joyas arquitectónicas que guardan.

La A-1 nos deja en la carretera nacional Madrid-Irún, que sigue esta ruta de pequeñas villas y enormes campos, alcanzando así uno de estos pueblos, llamado Cubo de Bureba, en donde tomaremos la carretera de Logroño.

Siguiendo esta nos encaminamos hacia Busto de Bureba. Y si te fijas, verás que hay más pueblos con un nombre similar; es porque esta comarca se llama de ese modo: Bureba, región que estamos a punto de abandonar tomando la vía provincial BU-504 en dirección norte, hacia los montes que ahora vislumbras.

Entramos en la comarca de las Merindades y entre sus valles pasarás por tres localidades que seguro nos harán detenernos: la Aldea, Ranera y Tobera, una tras otra, ofreciéndote su belleza tradicional en un entorno magnífico.

Poco antes de alcanzar esta última villa, pasamos por la ermita de Santa María de la Hoz, un pequeño enclave ante los cerros rocosos. Su puente romano y las cascadas del río Molinar son otro pequeño atractivo con el que nos encontramos.

Tobera es la última población antes de Frías y también una muestra de cómo se guarda ese espíritu del medievo en sus calles.

Dejándola atrás, las tierras se abren aún entre peñas. Nuestro viaje nos sigue inspirando al norte y no tardaremos en ver a lo lejos, alzándose como un espejismo antiguo, la ciudad más pequeña de España.

Construida con un marcado carácter defensivo, propio de aquellos tiempos agitados de finales del primer milenio, toda su fisionomía está condicionada por la peña de la Muela, en donde se levantó.

Las edificaciones que destacan a primera vista son el castillo de los duques de Frías y la iglesia de San Vicente Mártir y San Sebastián. Ambos se encuentran en lo más alto de la población, cada uno a un lado. La torre del castillo se muestra soberbia sobre la región, pareciendo crecer desde la misma roca con la que se combina su arquitectura.

La iglesia descansa en el lado opuesto, dominando las otras vistas desde la Muela. Su posición ante la caída desde el alto dota de mayor fuerza la belleza de la obra, principalmente barroca. En su interior se conservan numerosas pinturas religiosas y un hermoso retablo del siglo XVIII. Sin olvidar destacar el órgano, una pieza restaurada original de 1720.

En sus adoquinadas y estrechas callejas, podremos pasear por la antigua judería, visitar la vieja iglesia de San Vitores o el convento de Santa María de Vadillo, situado en los llanos ante la villa.

Mencionar también las casas colgadas, construidas en la misma orilla del risco, siguiendo su pared vertical, y que muestran la audacia de sus gentes a la hora de aprovechar el poco espacio que ofrecía la Muela.

De la antigua muralla que cercaba la población quedan sus tres puertas y algún tramo, pero hacen idea de cómo debió de ser entonces.

El puente medieval data de los tiempos romanos, lugar por donde pasaba la calzada que conectaba las regiones del norte peninsular. En la Edad Media será reformado, tanto por los daños que el tiempo llevó a cabo en el anterior como para añadirle una mayor capacidad defensiva. De esta época es la torre central, en la que se cobraría el pontazgo, el peaje por cruzar el puente y que permitía su mantenimiento.

Frías en Burgos

#SiempreGraZie

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Custodia Ponce

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