La Vacuna Española

ENTREVISTA a: Mariano Esteban Rodríguez (VIRÓLOGO)

Por: Pedro Rodríguez Castañeda y Custodia Ponce

CENTRO NACIONAL DE BIOTECNOLOGÍA (CNB-CSIC)

Investigador asociado en el National Inst. for Medical Research, London, UK (1970-1974).

Instructor en Rutgers Medical School (NJ), USA (1974-1977).

Profesor visitante en el Instituto de Biología Molecular de la Universidad de Gante (Bélgica), 1978.

Profesor asistente en la Medical School, State University of New York, (USA) (1979-1982).

Profesor asociado en la Medical School, State University of New York, (USA) (1982-1985).

Profesor catedrático en la Medical School, State University of New York, (USA) (1985-1992). 

En este periodo se tomó un año sabático (1987-1988), para regresar al Medical Research de Londres.

Director del Centro Nacional de Biotecnología, (CSIC) Madrid, (1992-2003).

Presidente de la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF) España, (2012-2019). 

Premio de Investigación Científica y Técnica e Innovación de la Comunidad de Castilla y León.

Durante todo este periodo descrito, su trabajo ha estado dedicado a la Biología molecular y celular de poxvirus, la interacción virus-célula, la expresión génica, los microarrays, el sistema inmune, los inmunomoduladores, citoquinas, interferones, vacunas, VIH, ébola, zika, chikungunya, hepatitis C, malaria, leishmania y cáncer de próstata.

Con estos conocimientos y con la experiencia aportada no parece extraño que el Dr. Mariano Esteban y su equipo estén desarrollando en el CNB-CSIC una vacuna contra el Coronavirus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19. Esta vacuna, en estado avanzado de desarrollo, es eficaz al 100% al prevenir la mortalidad en los ensayos realizados en animales tras la administración de una sola dosis. Actualmente la vacuna se está produciendo por la empresa Biofabri, perteneciente al grupo Zendal, en Galicia, para iniciar las fases clínicas una vez que se tenga la aprobación por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS).

<Esperamos iniciar las fases clínicas I/II antes del verano de 2021>.

LA VACUNA ESPAÑOLA

Mariano Esteban Rodríguez, virólogo reconocido a nivel mundial y uno de los científicos más importantes del mundo en esta materia. Para hacer una breve introducción empezaré con una mención a su CV. El Dr. Mariano Esteban es Licenciado en Farmacia y en Biología y Doctor en Farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela. Varias etapas laborales acreditan su capacidad científica y relevancia. Por razones de formato sería imposible describir todas las publicaciones científicas, que se pueden citar por cientos, en los más prestigiosos medios a nivel internacional. En consecuencia, puedo asegurar que en GraZie tenemos la suerte de entrevistar a una personalidad científica en el mundo de la virología.

Antes de nada, a modo de introducción, nos gustaría realizarle una pregunta que nos pueda clarificar la situación en la que vivimos y, además, ayude a todos los ciudadanos a tener su propio criterio.

¿Sería posible que nos hicieras un resumen de la situación actual del virus, su transmisión, las mutaciones que se están produciendo (cepas inglesas, sudafricanas, brasileñas…), los efectos que produce y, sobre todo, los mecanismos que debemos utilizar para evitar su contagio hasta que la población se haya vacunado?

    –Estamos en una pandemia que afecta a toda la población mundial con efectos tremendos en vidas y economía para todos los países, siendo la pandemia mayor por su extensión que ha existido en la historia debido a agentes patogénicos, y al ser un virus nuevo nos ha pillado desprevenidos. Esta falta de predicción se debe en parte a que la aportación económica a la ciencia se ha reducido a nivel mundial, no solo en España, esta disminución económica ha dificultado la capacidad de identificar al agente favoreciendo su expansión rápidamente. Sabemos mucho del virus y hemos sido capaces de desarrollar en tiempo récord vacunas que se están ya aplicando en la población, y otras en fases clínicas. Se conoce ya la eficacia de varias de ellas con rangos entre el 70-95% de protección. Un ejemplo es Israel, donde ya se ha vacunado al 60% de la población y donde se está confirmando su alta eficacia , al igual que está ocurriendo en el Reino Unido. En España aún no hemos llegado al 20% de la población vacunada.

Al ser un virus ARN que tiene una información genética muy grande de 30.000 nucleótidos (es el virus animal más grande que existe), era lógico que al extenderse en la población produjera mutaciones, es decir, variantes virales que han demostrado mayor transmisibilidad, aunque varían su eficacia en función del origen de las variantes, controlando el proceso de infección y evitando muertes. Se ha observado que alguna de estas variantes como la sudafricana y la brasileña tienen mas resistencia a la acción de las vacunas que otras variantes, como la del Reino Unido que es mas sensible y se ha extendido por toda España. La implementación de la vacuna no significa que dejemos las medidas de confinamiento, el uso de mascarillas, la limpieza de manos y todas las otras acciones recomendadas, hasta que al menos el 70% de la población española esté vacunada. No sabemos aún si tendremos que generar vacunas específicas frente a cada una de las variantes mas resistentes o si seremos capaces de producir una vacuna universal contra todos los coronavirus, un área en la que trabajamos en mi laboratorio. 

LA VACUNA ESPAÑOLA

¿Qué características tienen las vacunas ya en acción como son las fabricadas por Pfizer, AstraZeneca y Moderna, entre otras, y qué diferencias existen, si es que las hay, con la vacuna que estáis desarrollando vosotros?

–Por definición una vacuna consiste en usar una parte del agente patógeno (bien virus inactivado, proteína purificada, ácido nucleico o un virus atenuado no relacionado pero que expresa proteínas del patógeno), que se introduce en el organismo (ej., por inoculación intramuscular) y produce una respuesta inmunológica que controla al virus. En el caso de la vacuna de Pfizer y de Moderna ambas son vacunas de ARN mensajero que una vez inoculada produce la proteína S (espícula) del coronavirus, lo que activa una respuesta inmune que controla el patógeno de la persona infectada. El ADN se encapsula en una estructura lipídica, como si fuera una gota de grasa. En el caso de la vacuna que estamos desarrollando nosotros es más compleja, utiliza una variante del virus que sirvió para erradicar la viruela, que demostró que era muy segura y eficaz. Basado en ello, hemos introducido en su material genético, que es ADN, la secuencia de la proteína S, pero al ser una estructura más compleja y más natural, al introducirla por ruta intramuscular penetra en muchas células y proporciona una mayor cantidad de proteína que con el ARN. Además, activa una respuesta inmunológica muy completa, tanto tumoral (anticuerpos) como celular (linfocitos T), lo que proporciona una respuesta más amplia y duradera que con las otras vacunas. En cualquier caso, las vacunas son todas complementarias y ayudarán a conseguir en la población inmunidad sobre el coronavirus.

¿Por qué unas vacunas necesitan de dos dosis y otras solamente una dosis, como es el caso de vuestra vacuna, es suficiente para conseguir inmunidad?

   –Cuanto más fácil sea su administración mejor será la vacuna, pero este virus es muy difícil e infecta con gran rapidez, en pocos días puede desarrollar una gran infección (con enfermedad grave). Así pues, necesitamos bloquearlo produciendo los anticuerpos neutralizantes y los linfocitos T, que son los que van a reconocer las células infectadas y destruirlas. Hay que conseguir una inmunidad duradera para evitar revacunaciones periódicas.

Tenemos como sistema de defensa del organismo dos poblaciones en el sistema inmune, los linfocitos B que producen los anticuerpos que se pegan al virus y los neutralizan, y los linfocitos T que rastrean la célula infectada y la destruye. Para una inmunidad duradera es necesario que las vacunas activen la memoria inmune en estas poblaciones de células B y T.

Con una dosis se consigue protección, pero con dos tenemos más seguridad y mayor duración.

Hemos visto que algunas vacunas de las ya citadas necesitan temperaturas de conservación de hasta -70ºC para que no pierdan su eficacia. ¿Cuál es la razón?

   –Estas vacunas que son de ARN y están recubiertas de una capa lipídica, encapsuladas, son sensibles a la temperatura y además el ARN es muy sensible a la acción de las ribonucleasas, que están en todos lados y destruyen esa molécula. La vacuna de Pfizer necesita esta baja temperatura para que no pierda eficacia, la de Moderna -20ºC y la de AstraZeneca y la nuestra son estables a temperatura ambiente. Esto es de gran importancia, sobre todo para países no desarrollados, pues sabemos que la inmunidad solo será posible si se establece la vacuna en todo el mundo.

Teníamos la idea de que todas las vacunas utilizadas para personas y animales, hasta la fecha, tenían el 100% de eficacia, y los efectos secundarios producidos prácticamente eran nulos, aunque puede haber algunas excepciones, como es el caso de la gripe. ¿Por qué en las vacunas ya citadas del coronavirus se habla de una eficacia del 96%, 85%, incluso menos, y, además, se especula en que algunas de ellas tienen o, pueden tener, efectos secundarios graves, y que depende, también, de la edad de los individuos a vacunar?

   –Ya quisiéramos que la vacuna de la gripe tuviera una eficacia por encima del 90%. Cuando se administra una vacuna esta ha pasado por controles muy rigurosos, incluyendo las Agencias Reguladoras del Medicamento. En Europa la Agencia Europea del Medicamento, en España la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, en EEUU la Food and Drug Administration (FDA). Esto garantiza que cuando se administra la vacuna ha pasado controles muy precisos. En definitiva, han pasado por fases clínicas I, II, y III, que garantizan su idoneidad. Si en cualquiera de estas fases hay algún problema adverso se detiene el proceso, aunque no haya sido efecto de la vacuna en sí. El control se hace con efecto placebo. Así por ejemplo si con el placebo sobre 100 inoculados han sido todos afectados y con la vacuna sobre 100 inoculados los afectados son 5, decimos que ha tenido un 95% de eficacia. La exigencia de las agencias reguladoras es que la eficacia sea superior al 50%. Los efectos adversos que se han observado con las vacunas han sido los propios en los programas generales de vacunación. No obstante en el caso de las vacunas de AstraZeneca y Janssen se han observado casos raros  graves de tromoboembolismo con varias muertes en distintos países, aunque la incidencia es menor de 0.0001 por millón de vacunados. Después de examinadas las causas, las agencias reguladoras han considerado que el beneficio es muy superior al riesgo por lo que se recomienda seguir con la vacunación. Las vacunas que se están administrando son seguras y eficaces, por lo que se recomienda vacunar a todas las edades de la población, aunque en rangos de edad determinada según el tipo de vacuna.

Siguiendo la pregunta anterior se afirma que la vacuna de AstraZeneca no es eficaz para los mayores de 65 años, aunque este criterio cambia según las circunstancias, ¿esto es así?

   –Para cualquier ensayo se utilizan grupos de población definidos por edad. En la vacuna de AstraZeneca que se basa en un adenovirus (virus atenuado ADN que produce la proteína S del coronavirus) se ha utilizado mayoritariamente para grupos de 18 a 55 años de edad, aunque también se ha inoculado a mayores de 65 años. Reciéntemente se ha publicado el ensayo clínico fase III con mayores de 65 años observándose también buenas respuestas inmunes, y eficacia de la vacuna, por lo que se está recomendando actualmente el uso de esta vacuna en población mayor de 69 años, aunque el Reino Unido está vacunando mayoritariamente con esta vacuna a todas las edades.

Se han creado muchas discusiones, incluyendo las redes sociales, sobre el funcionamiento de la vacuna, en concreto si la utilización del ARN mensajero puede modificar los genes de los vacunados para toda su vida. ¿Es cierto?, si es así, ¿qué consecuencias puede tener para los vacunados? ¿Es cierto lo que adelantan algunas fuentes, al afirmar, que estas vacunas pueden generar el síndrome de Guillain-Barré, lupus y otros trastornos?

   –No es cierto en absoluto. Mi experiencia en este campo me permite asegurar que la molécula de ARN mensajero lleva una información genética que penetra en la célula y se une a los ribosomas (estructuras que forman parte de la maquinaria celular en el citoplasma para producir proteínas), pero nunca se va al núcleo porque se destruye mucho antes, es decir, produce la proteína y se degrada. Debido a la propia estructura del mRNA no hay posibilidad genética de que esta molécula pueda integrarse en el ADN celular, por lo tanto, las posibilidades son nulas. 

Cuando se vacuna a millones de personas, algunas, pueden tener patologías previas no conocidas como es el síndrome de Guillain-Barré u otras enfermedades. Para afirmar eso hay que demostrarlo científicamente y asegurar que el beneficio es muy superior al riesgo, como así lo acreditan las vacunas. Podemos decir que no hay ningún medicamento con cero riesgo.

Los ciudadanos cuando escuchamos información, por los medios habituales, nos sentimos muy confundidos. Hay vacunas chinas, soviéticas, americanas, europeas y nos podemos preguntar si la situación de la pandemia es gravísima, como estamos viendo, ¿por qué no se alcanza un acuerdo entre todos para conseguir el mejor resultado en beneficio de la sociedad? ¿Solo se tiene en cuenta el interés económico o de poder mediático?

   –La ciencia avanza en muchos frentes, es utópico pretender que solo haya una ciencia para cada cosa. Hay muchas maneras de atacar un problema y los avances obtenidos desde visiones diferentes es lo que proporciona el éxito científico. En el caso de la vacuna cada uno parte de una tecnología, las publicaciones ayudan a los distintos grupos de investigación, y sí, existe comunicación entre todos. Por ejemplo, yo me comunico los jueves con todos los grupos que trabajamos sobre la vacuna del coronavirus a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es bueno que haya diferentes vacunas y que entre todos consigamos el primer objetivo, que no es otro que las personas no mueran. La investigación puede ser pública o privada y las empresas farmacéuticas son las que tienen la capacidad para producir y distribuir las vacunas. La competencia es buena porque ayuda a conseguir un precio más asequible. Dejemos que trabajen las empresas, pero eso sí, controlándolas para que las vacunas lleguen a todos.

Ahora se habla mucho de la vacuna que está desarrollando Jonhson &Jonhson (Janssen) y que puede ser la solución, ¿qué razones existen para afirmar esto?

   –Es una vacuna basada en adenovirus, un vector viral causante del resfriado común, igual que la vacuna rusa o la de AstraZeneca. En este caso es el adenovirus 26 al igual que la rusa, pero se administra en dosis única produciendo una eficacia alrededor del 70%, pero también están ensayando con dos dosis. Todas las vacunas se basan en el mismo principio de activación del sistema inmune y se complementan, aunque el diseño puede variar. El hecho de que sea dosis única incrementa el número de personas que se pueden vacunar con mayor rapidez que cuando hay que usar dos dosis. A España ha llegado esta vacuna a mediados del mes de abril, con lo que se amplía el rango de vacunación en la población.

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Considera Ud. que con todo lo que está sucediendo a nivel mundial por causa de este virus, el ser humano en general… ¿está aprendiendo a valorar más lo importante de la vida? 

   –Sí. Tenemos a día de hoy, 141 millones de infectados y 3.01 millones de fallecidos en un año a nivel global, esto es aterrador. Cuando se trata de personas de nuestro entorno o familia, la sociedad lo percibe y tenemos que tomar una posición drástica de cara al futuro. Esta pandemia ha llegado para quedarse, pero no es única, tenemos que asegurarnos que hay vacunas para superarlo. Tenemos otros muchos virus en la naturaleza que pueden llegar, sobre todo respiratorios, como por ejemplo virus de gripe modificados que pueden producir pandemias, como la mal llamada gripe española de 1918 que causó entre 50-100 millones de muertos.  Si ocurriera que un virus de la gripe muta, se adaptara al humano y no tenemos vacuna podría producir tantas muertes como en el año 1918. Si de esto no aprendemos nos irá muy mal como sociedad global.

Es necesario aportar más medios en I+D, fortalecer el sistema sanitario, el sistema científico y el empresarial, pero debe ser la sociedad la que llame la atención para no consentir que España vuelva a estar entre los países europeos con menor aportación económica del PIB para la ciencia.

Se afirma también que el antiviral de Pharma Mar (APLIDIN), disminuye la carga viral en un 99%, si esto es así, parece que debería ser la solución a los problemas médicos que produce el virus, ¿por qué no se administra inmediatamente este medicamento al tener constancia de la infección? ¿No podría ser ese 1% resultante como una vacuna para los afectados?  

   –Es la Agencia Española del Medicamento la que tiene que controlar este tema. El Aplidín ha superado la fase clínica I y II y ha demostrado una buena eficacia. Al actuar sobre un componente celular es más directa su acción y evita la resistencia a vacunas de las variantes que están surgiendo. Esperemos que la fase III tenga éxito y esta empresa española confirme su capacidad puntera en este caso, pues no tenemos muchos fármacos para el COVID-19, lo que evitaría el desarrollo de la enfermedad en las personas infectadas. Sería un logro para España y a nivel global si Aplidina se llega a comercializar como fármaco anti-COVID-19.

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Nuestra revista pretende ser humanista y nos gusta conocer de nuestros entrevistados qué importancia ha tenido para ellos, en este caso para Ud., el esfuerzo realizado para conseguir ayudar a los ciudadanos. ¿Sería acertado decir que ser buena persona ayuda para superar el virus y sus consecuencias?

   –Ser buena persona ayuda para todo, esto me lo enseñaron en mi pueblo y en mi familia. Ser buena persona, generoso y agradecido, entre otras cosas, ayuda a que sea la esencia de la sociedad. Hay diferencias según el tipo de sociedad de la que hablemos, los orientales tomaron medidas de restricción más rápidamente y más contundentes que en España. A nosotros nos cuesta más y no conseguimos parar la extensión de la pandemia con la urgencia que habría sido deseable, por nuestra forma de mayor vida social, amigos, familia, etc. Pero sí, ser buena persona es la base de la vida y nos ayuda a superar las dificultades que la pandemia sigue produciendo en la sociedad.

Parece que el virus, según nos has comentado, permanecerá con nosotros, y que otros muchos nos acechan. ¿Qué incidencia tiene la destrucción de la naturaleza, en concreto la destrucción de los bosques, contaminación de ríos y atmósfera, para favorecer la infección de virus, hasta ahora desconocidos, en el ser humano?

  –Muy importante. Estamos cambiando los habitas y acelerando el cambio climático con la contaminación de la atmósfera por el CO2 emitido. También la alta movilidad en el transporte de personas, animales y mercancías, hace que los virus se dispersen más rápidamente. Los virus son los microorganismos más abundantes de la naturaleza, incluso más que las bacterias, necesitan células para vivir y multiplicarse, sino desaparecerían. Los virus siguen con nosotros, lo que significa que pasan de una especia a otra, se transmiten por contacto, aerosoles, por vectores y por insectos favoreciendo la trasmisión a personas. Pueden transmitirse en un alto porcentaje de animales a personas, y aunque no les afecte a ellos nos pueden afectar a nosotros. Por ejemplo, sabemos que los murciélagos son los hospedadores de prácticamente todos los coronavirus y de muchos virus que hay en la naturaleza, pero no les afecta. Sin embargo, al transmitirlos a otros animales puede que tampoco les haga nada, pero al pasar al hombre sí que le afecta porque el virus ha ido evolucionando. La destrucción de la naturaleza no hace otra cosa que acelerar este proceso, por lo tanto, todas las naciones conjuntamente debemos cuidar la naturaleza para que sea favorable para las próximas generaciones.

Tras todo su conocimiento adquirido durante años de investigación, ahora como Mariano Esteban nacido en el pueblo castellano de Villalón de Campos, ¿qué mensaje de esperanza podría dejarnos para las generaciones venideras?

   –Repito que debemos ser generosos, agradecidos, persistentes y ser perseverantes, esta es la palabra que domina mi laboratorio: PERSEVERANCIA. Si no eres perseverante no llegas, y no eres buen científico o de cualquier otra profesión, por lo tanto, dedícate a otra cosa. Este ha sido siempre mi lema, ya sea para el trabajo de investigador, para el deporte o para cualquier otra actividad. 

Añadir que, para mí como científico, es muy importante trasmitir información de lo que hacemos, igual que otros profesionales, respecto a la salud y en beneficio de la sociedad, aunque nosotros estemos más centrados en el estudio del patógeno y conozcamos mejor cómo puede actuar. Lo fundamental es que la sociedad esté, cada vez más, en consonancia con todos los sectores sociales para ayudarnos, y que los dirigentes tengan el asesoramiento de las personas que están mejor formadas. Tenemos que ser lo que somos y no disfrazarnos de lo que no somos, así llegaremos mejor. A este respecto, estoy en un grupo de asesoramiento al gobierno, grupo GTM, donde informamos del COVID-19. Estos informes son públicos y pueden ser útiles para la ciudadanía, para acceder a ellos solo tienen que entrar en la página web del Ministerio de Ciencia e TInovación y seleccionar grupo multidisciplinar GTM. 

Como científico me apasiona la ciencia y, después de 22 años en el extranjero y otros muchos años en el CSIC, he aprendido que mientras uno pueda ser creativo y pueda aguardar a la gente, merece la pena seguir, a pesar de la edad, y hacer aquello que más te gusta. y pueda aportar un beneficio social como la mejora de la salud.

#SiempreGraZie


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Sobre la autoría

Custodia Ponce

Pedro Rodríguez Castañeda

Pedro Rodríguez Castañeda

D. Pedro Rodríguez Castañeda
Licenciado en Ciencias Químicas, especialidad Industrial, en la Universidad de Valladolid.
Máster en Dirección y Administración de empresas, por ESDEN. Máster en Formación para directivos Gustav Kaeser y Máster en estudios avanzados de Filosofía, por la Universidad Complutense de Madrid.
Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid.
Resaltar, además de la formación, los trabajos realizados: dos años en la Universidad de Valladolid en la catedra de Química Orgánica, realizando la TESIS doctoral. Tres años como jefe de Laboratorio en Sociedad General Azucarera (SGA) y varios años trabajando con diferentes multinacionales del sector médico. Esta formación y experiencia me llevó a constituir mi propia empresa, PAIPEISA, S.A, a la que he dedicado más de tres décadas y donde he conseguido mucho más de lo esperado.

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