El Pirineo Aragonés, mucho más que un destino de esquí

por Jesús Buitrago | Viajes

Como cada año, los amantes del esquí y el snow sacan todo su arsenal con la llegada del invierno dispuestos a disfrutar de una buena temporada de nieve hasta la primavera. Pues bien, ¿cuál es el lugar ideal y a su vez el más cercano para poder divertirse practicando este deporte?

Situado en el corazón del Valle de Tena, en pleno Pirineo Aragonés, tanto Formigal como Panticosa lo tienen todo para poder pasar unos días inolvidables en familia o con amigos: pistas maravillosas de esquí, nieve de calidad, un comedido cuidado por el detalle y una animada vida nocturna. ¿Quieres saber más?

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El área esquiable de Formigal, la más grande de toda España, cuenta con unos 180 kilómetros y se divide en 4 zonas bien diferenciadas: Crestas, Izas-Sarrios, Anayet y Portalet. A día de hoy cuenta con 14 pistas verdes, 34 azules, 52 rojas y 42 negras, pistas de esquí para principiantes y para auténticos expertos del esquí alpino.

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Si hay algo que caracteriza a Formigal, la estación de moda en España, es su gran ambiente tanto en las pistas como en el après-ski. Los fanáticos de la nieve no suelen salir de noche cuando van a esquiar porque al día siguiente creen que no rendirán. Sin embargo, en esta estación de esquí han encontrado la solución: un local de moda pegado a las mismas pistas: el Marchica (en la zona de Sextas), que reúne a partir de las 16 horas a aquellos que ya lo han dado todo sobre la pista y prefieren pasar un buen rato hasta las 21 horas charlando y bailando sin quitarse las botas ni el mono.

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No obstante, en el Pirineo Aragonés no todo está relacionado con el esquí. El Valle de Tena también posee unos alrededores impresionantes que lo hacen aún más atractivo, además de ofrecer una gran variedad de actividades deportivas y turísticas.

El Pirineo Aragonés. GraZie Magazine

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La ruta del Serrablo, a través de la compañía “Atrévete a Perderte”, se presenta como una de las alternativas al esquí. Se trata de una visita turística a conjunto de 14 iglesias medievales de estilo mozárabe que fueron construidas en los siglos X y XI que destacan actualmente por su relevancia monumental.

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Por otro lado, en Sallent de Gállego se encuentra un anticuario muy peculiar que merece mucho la pena visitar. Su dueño, Óscar, se mostrará muy servicial en todo momento y te explicará al detalle todas las reliquias que posee. Aquí podrás encontrar todo tipo de antigüedades: desde una moto de antes de la guerra hasta unos esquís de cuando se sujetaban a las botas con cuero, o incluso una estatua de una iglesia perdida.

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Para los más valientes, en la localidad de Hoz de Jaca se encuentra a 1.280 metros de altitud la tirolina doble más larga y alta de Europa, con un recorrido de un kilómetro de distancia en la que podrás llegar a alcanzar la velocidad de 90 km/h.

Sin duda alguna, el Pirineo Aragonés no sólo se ha convertido en uno de los principales destinos de los amantes a los deportes de nieve, sino también un lugar único donde poder relajarse visitando pueblos con mucho encanto y deleitándose con paisajes espectaculares.

El Pirineo Aragonés

¿DÓNDE DORMIR?

A pocos kilómetros de Formigal se encuentra Sallent de Gállego, un pueblo de alta montaña con mucho encanto situado al pie del embalse de Lanuza e ideal para disfrutar de la naturaleza, los deportes de aventura y el encuentro entre culturas. Cualquier viajero que visite este acogedor y tranquilo pueblo oscense quedará encandilado de la belleza de sus calles.

Donde dormir

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Sin embargo, si hablamos de Sallent estamos obligados a mencionar a una de las figuras más célebres de la historia del Pirineo aragonés: Fermín Arrudi, el gigante de Sallent. Su desmesurada altura (2,29 metros) marcó por completo su vida y le arrastró al territorio de la leyenda, donde se convirtió en un personaje casi mítico desde finales del siglo XIX.

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Nacido en 1870, el gigante se convirtió en una figura titánica, colosal y legendaria, como si hubiera sido sacado de la propia mitología griega. Pero Fermín no era sólo un cuerpo interminable, impropio de su época y su entorno: era también un ser inquieto y sensible, preocupado por conservar y difundir las raíces culturales de su tierra, obsesionado por ser algo más que una simple atracción de feria.

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Fermín llevó el nombre de Sallent de Gállego por todos los rincones del planeta (Francia, Holanda, Alemania, Bélgica Estados Unidos, Argentina, Cuba…), adquiriendo una buena fortuna mostrando su anatomía. Sin embargo, Fermín era un tipo que en cierto modo odiaba eso, pues no le gustaba que le valorasen únicamente por su gran envergadura, ya que ante todo tenía un gran corazón: de cada viaje traía regalos para todo el pueblo, un extenso anecdotario cargado de extraordinarias vivencias y, sobre todo, más ganas de no salir nunca más del valle.

Fermín el Gigante Aragonés

CASA NATAL DEL GIGANTE DE SALLENT

La prosperidad económica le permitió a Fermín construir su propia casa en Sallent, la cual fue reconstruida recientemente por la familia Arrudi, de la mano de su sobrino nieto Pedro Almañac y con la ayuda de una diseñadora de Jaca, para que familias y grupos grandes de hasta 8 personas puedan conocerla y disfrutar en sus propias  carnes la historia del Gigante de Aragón.

Se trata de una propiedad renovada de 4 plantas con un total de 4 habitaciones dobles -dos dobles de matrimonio y dos con camas separadas-, todas ellas con su propio cuarto de baño de diseño.

Para acoger cómodamente a los huéspedes de la Casa Natal del Gigante, el salón cuenta con un modelo de sofá envolvente para 7 personas, un rincón ideal para disfrutar de la agradable sensación del fuego de leña, incluida una zona de lectura en un butacón de cuero envejecido que apoya sobre una alfombra de piel.

Es de agradecer también la calefacción mediante suelo radiante y termostatos individuales en cada dependencia, especialmente en los duros meses de invierno.

En cuanto a la cocina, está completamente equipada con mobiliario de época y restaurado de la antigua casa. Se encuentra integrada perfectamente en la decoración de la casa, creando así una estancia entrañable alrededor de una gran mesa, presidida por la cadiera original del Gigante Aragonés y sus antiguas sillas.

Por último, la casa natal de Fermín cuenta además con un amplio sótano para guardar botas, esquís, bicicletas o equipo de montaña. Con todas estas prestaciones e historia a sus espaldas, este lugar merece la pena ser visitado y descubrir de primera mano los secretos y la magia que transmite la leyenda del Gigante de Aragón.

No dudes en reservar este histórico alojamiento a través de Booking o Airbnb. Su anfitriona, Mapi, propietaria de una pequeña agencia de turismo rural de lujo llamada “Turineos”, estará encantada de darte la bienvenida y de prestarte su ayuda durante toda tu estancia.

Casa del gigante de Sallent

 

Sobre la autoría

Jesus Buitrago

Jesús Buitrago

Periodista apasionado de los viajes con miles de kilómetros de experiencia a sus espaldas tras recorrer los cinco continentes y más de 100 países.
Instagram: sueco_finlandes

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