NADA COMO EL SER HUMANO

© Ángel Gutiérrez Sanz

Este artículo invita a una profunda reflexión sobre el valor del ser humano. En tiempos donde la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados, ¿hemos olvidado la esencia de lo que realmente somos? A través de la poesía, la filosofía y la teología, este texto nos recuerda que, más allá de los descubrimientos y las cifras, el verdadero misterio sigue siendo el propio ser humano.

“Conocerse a sí mismo es el comienzo de toda sabiduría.” – Aristóteles

“El ser humano es un misterio. Hay que descifrarlo, y si pasas toda tu vida descifrándolo, no digas que has perdido el tiempo.” – Fiodor Dostoievski

“La belleza del hombre radica en su capacidad de asombro y su búsqueda incansable de significado.” – Viktor Frankl

“No hay mayor alegría que comprender que somos parte de algo más grande que nosotros mismos.” – Carl Jung

NADA COMO EL SER HUMANO de Ángel Gutiérrez Sanz

El Encuentro del Hombre Consigo Mismo

El hombre ha salido al encuentro de sí mismo por diversos caminos. Recientemente, lo está haciendo por los caminos de la ciencia y de la técnica. La moderna antropo-biología ha iniciado su búsqueda con la esperanza de encontrarlo oculto en los secretos de la física, que nos habla de embriones, de código genético, de células madre, de cromosomas, de energía electromagnética. Se han abierto nuevos métodos de búsqueda que pueden conducirnos a desvelar los complejos componentes biológicos, así como las condiciones físico-químicas en que se desarrollan. Todo ello no deja de ser interesante y, además, con resultados positivos, incluso han de serlo aún más en años venideros; pero no deja de ser un envoltorio. A los científicos se les escapa esa región enigmática, invisible y oculta de lo humano que convierte a los hombres y mujeres en algo más que un organismo vivo.

La Poesía y la Búsqueda del Ser Humano

También la poesía hace tiempo que viene rastreando las huellas de los hombres y mujeres. Tal vez podamos, siguiendo sus caminos, encontrarnos un día con el hombre. ¿Qué nos dice el poeta sobre el hombre?, ¿qué nos dice? Dejemos que nos hable León Felipe:

“¿Si la sangre del hombre… fuese la sangre divina del sol… la esencia luminosa de los hombres?”
El poeta no sabe… pregunta solamente. Su pregunta descoloca y nos deja expectantes. Lanza su grito y se va, esperando que sean otros los que acudan al reclamo.

La Filosofía y la Teología como Guía

Es entonces cuando la voz de filósofos y teólogos se deja oír para guiarnos y orientarnos. Ellos nos dirán al menos dónde hay que buscarle.

“La esfera de un ser absoluto,” asegura Max Scheler, “pertenece a la esencia del hombre, tan constitutivamente como la esencia de sí mismo” (El puesto del hombre en el Cosmos. Losada, Buenos Aires, 1967).

Los caminos del misterio de Dios son los que al final conducen al misterio del hombre. La realidad del hombre se inserta en la realidad de Dios. Por algo somos imagen y semejanza suya. Esa es nuestra dignidad, esa es nuestra grandeza, tanta que alguien ha podido decir que “la gloria de Dios es el hombre viviente”. No lo entendemos; pero es así. Si lo entendiéramos, sabríamos que no se puede ser más afortunados y ya nada nos importaría: ni el status social, ni la reputación de la gente, ni si soy torpe o listo, general o soldado. Nada, nada, porque como bien dice León Felipe:

“Nuestro oficio no es nuestro destino.
No hay otro oficio ni empleo que aquel
que enseña al hombre a ser un Hombre.
El Hombre es lo que importa.
El Hombre ahí,
desnudo bajo la noche y frente al misterio”
(El Cristo… es el hombre)

Es para seguir creyendo que un solo hombre o mujer, el más insignificante y desgraciado, vale más que el mundo entero.

“A los científicos se les escapa esa región enigmática, invisible y oculta de lo humano.”

“Nuestro oficio no es nuestro destino. No hay otro oficio ni empleo que aquel que enseña al hombre a ser un Hombre.”

“La realidad del hombre se inserta en la realidad de Dios. Esa es nuestra dignidad, esa es nuestra grandeza.”

Desde GraZie Magazine creemos en la grandeza del ser humano, no solo por lo que ha descubierto, sino por lo que aún queda por descubrir dentro de sí mismo. La ciencia, la poesía y la filosofía nos muestran caminos diferentes, pero todos convergen en un mismo punto: el valor intrínseco del hombre. Que nunca dejemos de maravillarnos ante el misterio de nuestra propia existencia y que sigamos buscando la verdad con humildad y pasión. Porque, al final, lo que realmente importa es el ser humano en su plenitud.

#SiempreGraZie

#Humanismo #Reflexión #SerHumano #Filosofía #Poesía #ValorDeLaVida #EsenciaHumana #ConocerseASíMismo


BANNER Redes Sociales GraZie Magazine LIKE

Sobre la autoría

Ángel Gutiérrez Sanz

VIDA Y OBRA DE ÁNGEL GUTIÉRREZ SANZ

Ángel Gutiérrez Sanz nace en Alaraz (Salamanca) 20 de Julio (1939) en el seno de una familia cristiana, donde se tenía aprecio por la cultura. Fue el más pequeño de una familia numerosa, integrada por siete hermanos. Aquí aprendería las primeras letras. Apenas cumplidos los 11 años, abandona su pueblo natal con destino al internado que los PP. Dominicos tenían en La Mejorada, provincia de Valladolid, luego vendrían otros internados en la provincia de Segovia, Toledo y Ávila, por lo que solo pudo disfrutar del calor de familia en las vacaciones estivales. A los 12 años murió su padre y a los 23, aún sin haber concluido su carrera de filosofía en Madrid, murió su madre, por lo que se vio obligado a trabajar para costearse sus estudios de Filosofía, graduándose finalmente en Madrid por la Universidad Complutense, el año 1964.

Una vez licenciado en Filosofía y Letras y con los estudios completos de Teología, se puso a trabajar como profesor en colegios privados de Madrid. Posteriormente obtendría el grado de doctor por la misma universidad Complutense de Madrid, pero antes de que esto sucediera, fue llamado a filas y tuvo que cumplir su servicio militar, lo que supondría para él un grave contratiempo, al ver truncada su carrera y su vida profesional apenas iniciada. Una vez cumplidas sus obligaciones con la Patria, fue admitido en el mismo colegio que estaba trabajando y la vida volvería a recobrar su ritmo.

 En el año 1967 se casaría con la pedagoga Francisca Abad Martín, fijando su residencia en Madrid.

A partir de este momento, Gutiérrez Sanz vivió entregado a la vida familiar, que supo conjugar perfectamente con su profesión de docente y también con sus estudios, porque en los primeros años de matrimonio, Ángel Gutiérrez estaba ocupado en preparar sus oposiciones, para obtener una plaza como profesor numerario de filosofía, a la vez que trataba de concluir su tesis doctoral. Fueron años difíciles, en que tuvo que trabajar duro y sin tregua, para conseguir lo que consiguió.  Cierto que a su lado tuvo siempre a una amiga y colaboradora, que siendo ya madre, no solo supo hacer frente a las circunstancias, manteniendo intacta durante cinco años la licencia por estudios, concedida por el Ministerio de Educación, para que pudiera cursar la carrera de Pedagogía, sino que logró que los ojos de su marido pudieran contemplar la realidad con el verde de la esperanza.

Pasados estos primeros años de matrimonio, la situación fue mejorando. La tesis doctoral que llevaría por título "La Ética en Baltasar Gracián" llegó a feliz término, mereciendo la máxima calificación de "Sobresaliente cum laude", siendo publicada posteriormente. Y sobre todo la obtención de una plaza como profesor titular de filosofía y luego como catedrático de esta misma asignatura, iba a suponer que Gutiérrez Sanz pudiera dedicarse a su pasión de escribir.

En su dilatada vida docente en la enseñanza publica, ha desempeñando diversos cargos directivos, pero ello no ha sido obstáculo para seguir trabajando en el campo de la investigación. Su compromiso   al servicio de la cultura ha quedado patente, tanto en las aulas como fuera de ellas, bien como conferenciante en diversos foros, en el Ateneo de Madrid por ejemplo, así como en colaboración con diversos medios de comunicación social, a través de revistas filosófico-teológicas, históricas. educativas o de pensamiento.

Digno de reseñar es que, siendo catedrático y jefe del Seminario de Filosofía del Instituto Miguel Servet de Madrid y en colaboración con un equipo de profesores de este mismo seminario, obtuvo el Primer Premio Nacional del Segundo Concurso de Prensa sobre artículos, en la modalidad de reportajes sobre Pedagogía, convocado por la Fundación Santa María (S.M.).

En el año 1904, Ediciones TAU saca a la luz su primer libro titulado " Aspectos de una sociedad en crisis", en donde el autor apunta las directrices por donde habría de discurrir su pensamiento.

A partir de entonces su vocación como escritor fue haciéndose más determinante, hasta el momento de su jubilación.

MÁS INFORMACIÓN EN: https://blogculturalgutierrezsanzangel.blogspot.com/p/sobre-mi_10.html

 

Ir al contenido