La Noche de Reyes de los Niños Pobres
«LAS ABARCAS DESIERTAS»
POEMA de Miguel Hernández
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.
Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.
Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
#SiempreGraZie
Sobre la autoría
Entre otros estudios se graduó en Filosofía obteniendo posteriormente el grado de Doctor en esta misma disciplina por la Universidad Complutense de Madrid, con la máxima calificación de “Sobresaliente cum laude”. Catedrático de esta misma asignatura, ha simultaneado la docencia con cargos directivos y trabajos de investigación, fruto de los cuales han sido la publicación de varios libros y numerosos artículos. Actualmente jubilado, sigue comprometido con el mundo de la cultura a través de publicaciones en relevantes medios de comunicación e impartiendo conferencias en foros de interés cultural, como puede ser el Ateneo de Madrid. Su próxima obra en la que lleva trabajando bastante tiempo será “El Humanismo cristiano en el contexto de una Antropología General".