VERDAD, VIRTUD y CONOCIMIENTO

© Pedro Rodríguez Castañeda

Como todos conocemos, los acontecimientos que se producen pueden cambiar, para bien o para mal, nuestra percepción de la realidad. Para mí hay dos hechos de los últimos días que me han llevado a pensar y, sobre todo, a intentar entender por qué se han producido.

Verdad, Virtud y Conocimiento

Estos dos hechos a los que me refiero son bien distintos en su contenido, su localización y, además, se pueden interpretar como contrarios, siendo el primero una desgracia y el segundo una buena oportunidad. Mi opinión, después del análisis que he realizado, no es tan diferente como parece, sino que es consecuencia de la sociedad en la que nos encontramos.

Estos acontecimientos sobre los que voy a hacer este comentario son:

1.- Desastre de la DANA en varias regiones y localidades de España, especialmente en Valencia. Mi pésame a todos los familiares de los que ya no tendrán más oportunidades en esta vida, y mi apoyo total a los que han sobrevivido pero que necesitarán una gran ayuda, en todos los sentidos, para superarlo.

2.- Las elecciones de Estados Unidos no han resultado ser, como definían las encuestas, complicadas. Hay un nuevo presidente electo, Mr. Donal John Trump, que ha conseguido una mayoría significativa, tanto en el Congreso como en el Senado. Esta mayoría conseguida le proporcionará mucho apoyo en su gestión, pero ha de ser suficientemente inteligente para evitar el desastre de Occidente.

Estos dos temas tan diferentes pueden tener muchos puntos en común, pero como ya decía anteriormente es la sociedad y sus representantes los responsables, en parte, de por qué se producen.

La DANA ha generado un desastre a nuestro país que requiere, de todos, una reflexión de gran calado. Esta reflexión ha de ser constructiva, analizando en profundidad las consecuencias de esta “gota fría” o DANA (depresión aislada en niveles altos). La DANA no es otra cosa que un fenómeno meteorológico producido por un desprendimiento de masa de aire frío sobre otra masa de aire caliente. Este proceso produce muchas perturbaciones atmosféricas y suele ir acompañado de precipitaciones muy intensas como ha sucedido en este caso. Sin embargo, es necesario profundizar si este fenómeno es algo nuevo, que no lo es, y enjuiciar a los responsables por sus negligencias.

Estamos muy acostumbrados a escuchar, sobre todo a algunos políticos, que el “cambio climático” es el responsable de este desastre. Mi opinión, siendo consciente de este cambio climático, es que no se han tomado las precauciones adecuadas. Las presas, tan necesarias para evitar estos desastres, no solo no se han construido, sino que algunas se han eliminado. Tampoco se han tenido en cuenta otros factores de riesgo como son el dragado de ríos, la recogida de productos arbóreos, la limpieza de montes, la construcción de casas en lugares peligrosos ya sea en barrancos o vaguadas, etc.

Ante esta situación es obligado exigir a los dirigentes políticos que actúen y tomen decisiones moralmente buenas, que no es otra cosa que cumplir con el deber. El gran filósofo Immanuel Kant manifestaba, al hablar del imperativo categórico, que sus ramas son la moralidad y el derecho. El imperativo categórico (obra de tal modo que la máxima de tu voluntad siempre pueda valer al mismo tiempo como principio de una legislación universal) fue el centro de la ética kantiana y también lo es de toda la ética moderna, ética que debe ser universal para conseguir un cambio positivo para la sociedad.

¿Podríamos decir que nuestros políticos actúan con ética, o lo que es lo mismo, se basan en la verdad, la virtud y el conocimiento?

Cada uno debe tener su propia respuesta, no impuesta por intereses particulares, y obligar a todos los que tienen responsabilidades políticas a ejercerlas con ética, siendo obligatorio para evitar malas acciones, la separación de poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

No quiero alargar más este apartado y voy a iniciar el segundo punto relativo al nuevo presidente Trump. Su elección ha sido acogida con gran satisfacción por la gran mayoría de su país. En su campaña ha utilizado todos los recursos necesarios para conseguir estos excelentes resultados, incluyendo el engaño, la adulación, la mentira, el enmascaramiento, la ofensa y otras formas de fingir. Si el filósofo Friedrich Nietzsche viviera argumentaría que el comportamiento del presidente Trump no hace otra cosa que confirmar la regla y la ley de la vanidad. En definitiva, lo que nos demostraría sin ambages es que no hay inclinación hacia la verdad.

Por lo que hemos ido conociendo el presidente Trump pretende renunciar por segunda vez al Tratado de la COP de París de 2015, acuerdo dentro del marco de Naciones Unidas sobre el cambio climático. Se opuso siendo presidente y con la llegada del presidente Biden EE. UU. se adhirió al tratado. También ha anunciado la imposición de fuertes aranceles, la prohibición de migrantes, el cambio de financiación de la OTAN, así como la potenciación exclusivamente de la industria de su país, y otras muchas actuaciones que iremos viendo con su incorporación a la Casa Blanca.

Sí, podemos comprobar que el cambio climático está haciendo que se multipliquen los efectos no deseados, sea DANA, transmisión de enfermedades o utilización del mismo concepto para conseguir dinero, posición y poder para algunos. No se puede consentir que los países más contaminantes, EE. UU., China e India ignoren este asunto y sean los políticos españoles los que hagan incidencia extrema en ello, cuando España no emite ni el 0,6% de los gases efecto invernadero.

Verdad, Virtud y Conocimiento

Hegel decía que todo lo real es racional y todo lo racional es real, sin embargo, otro gran filósofo hispanófilo Schopenhauer, admirador de Baltasar Gracián, exponía con pasión esta preocupante idea: “El sufrimiento es el destino de la humanidad mientras se viva bajo el yugo de las apariencias”.

Estoy totalmente de acuerdo que no se puede vivir de apariencias, para evitar ese destino de sufrimiento y avanzar positivamente hacia la felicidad pongamos todos nuestra voluntad para defender la verdad, exigiendo a todos los políticos virtud y, sobre todo, conocimiento.

«El gran filósofo Immanuel Kant manifestaba que el imperativo categórico debe ser el centro de la ética moderna, ética que debe ser universal para un cambio positivo en la sociedad.»

«¿Podríamos decir que nuestros políticos actúan con ética, o lo que es lo mismo, se basan en la verdad, la virtud y el conocimiento?»

«Schopenhauer exponía con pasión esta preocupante idea: ‘El sufrimiento es el destino de la humanidad mientras se viva bajo el yugo de las apariencias’.»

«Para evitar ese destino de sufrimiento y avanzar hacia la felicidad, pongamos nuestra voluntad para defender la verdad, exigiendo a los políticos virtud y conocimiento.»

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Sobre la autoría

Pedro Rodríguez Castañeda

D. Pedro Rodríguez Castañeda
Licenciado en Ciencias Químicas, especialidad Industrial, en la Universidad de Valladolid.
Máster en Dirección y Administración de empresas, por ESDEN. Máster en Formación para directivos Gustav Kaeser y Máster en estudios avanzados de Filosofía, por la Universidad Complutense de Madrid.
Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid.
Resaltar, además de la formación, los trabajos realizados: dos años en la Universidad de Valladolid en la catedra de Química Orgánica, realizando la TESIS doctoral. Tres años como jefe de Laboratorio en Sociedad General Azucarera (SGA) y varios años trabajando con diferentes multinacionales del sector médico. Esta formación y experiencia me llevó a constituir mi propia empresa, PAIPEISA, S.A, a la que he dedicado más de tres décadas y donde he conseguido mucho más de lo esperado.

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